Tras un encuentro muy esperado.
Hace unas semanas por fin nos conocimos. No sabía ni que existíais y en apenas media hora, mientras la charla del Dr. J. Enríquez de Salamanca, las miradas cómplices surgieron entre nosotros. Tras ellas vinieron compartir experiencias e inquietudes y con ellas una gran cascada de emociones. Hoy, con mis emociones más en calma, cuando pienso en nuestro encuentro sobre todo me queda:
- Ilusión, por este nuevo proyecto que todos hemos emprendido.
- Rabia, por todas las situaciones injustas que hoy, en este país para la “diversidad”, se siguen viviendo.
- Gratitud, a todos aquellos que me han acompañado en mi camino de vida haciendo que la normalidad haya sido la clave de nuestro éxito.
A partir de ahora concentraré mis energías en usar mis emociones como motor para afrontar el reto de seguir siendo una persona feliz y poniendo mi granito de arena en conseguir que la normalidad sea la diversidad y que cuando a uno de nosotros, niños y no tan niños nos pregunten o insinúen cosas que no vienen a cuento, la información y la sonrisa sean nuestras principales herramientas de trabajo.
Porque tenemos Poland pero no somos el Poland, y como nos recordó el Dr. J. E. Salamanca “la belleza está en los ojos del que mira”.
Un abrazo enorme queridos amigos.